sábado, 18 de junio de 2011

Los maridos no son nunca amantes tan maravillosos como cuando están traicionando a su mujer.
Ni te imaginas cuanta gente te rodea cuando crees estar solo con la mujer a la que amas. Les acompañan muchos hombres de los que no sabes nada, sus amantes pasados, y muchos de los que ni siquiera ella sabe nada, sus amantes futuros.
Nuestra intuición de Dios es una prueba insuficiente de su existencia. Hay otra más sólida: nuestra capacidad de dudar de él.
La sensualidad nos queria persuadir de que estabamos enamorados, pero la razon se resistia al engaño. Entonces la fantasia brindo su oportuna ayuda.
infieles

No hay comentarios:

Publicar un comentario